Disponer de un smartwatch significa sobre todo una cosa: comodidad. El ser humano es cómodo por naturaleza y siempre buscará hacer algo de la manera que le resulte lo más fácil posible. Economizar esfuerzo en una actividad significa ahorrar energía y tiempo, y eso supone menor trabajo y mayor satisfacción. El reloj inteligente es un dispositivo que nos facilita la vida porque nos proporciona comodidad y rapidez.
El tiempo es vida. Gestiónala con un smartwatch
Como apasionado de los aparatos electrónicos de consumo, leo análisis de teléfonos inteligentes y ordenadores, y siempre hay algo que me llama la atención: según muchos de esos estudios el precio del aparato en cuestión define la velocidad que es capaz de ofrecer para realizar algo. Un procesador más potente y mayor cantidad de memoria RAM suponen un rendimiento superior.
Siempre me cuestiono el baremo que utilizan para definir la capacidad de un dispositivo, porque en numerosas ocasiones pareciera que únicamente la gama alta es capaz de proporcionar total satisfacción. Tan sólo porque, en general, es más rápida para hacer una determinada tarea. Y aunque personalmente me cuestione la necesidad de más velocidad, parece que es una certeza porque vivimos unos tiempos en que unos pocos segundos de espera más en el arranque de un programa nos parecen una eternidad. Si el sistema operativo necesita en arrancar sesenta segundos en vez de treinta, decimos que vaya patata de ordenador o teléfono tenemos. Es el doble, cierto, pero hablamos de un minuto; el tiempo que uno tarda en ponerse los zapatos.
Es lo que hay. La inmediatez domina nuestras vidas por la evolución de la tecnología y, tal vez, porque hemos olvidado detenernos de vez en cuando. Afortunadamente, no hace falta tener lo último para conseguir lo que deseamos.
El smartwatch es un tipo de reloj que puede ayudarnos con ambas cosas: la inmediatez y, sino detenernos, sí despreocuparnos un tanto del omnipresente teléfono móvil. El reloj inteligente sirve para ahorrar esos segundos que se necesitan para sacar el smartphone del bolsillo, desbloquearlo, mirar lo nuevo y volverlo a guardar. Sirve para no desplazarse hasta la habitación donde está cargando mientras estamos viendo una película en el salón de casa. Y nos evita todas esas incomodidades con tan solo girar nuestra muñeca. Nos ahorra tiempo y nos aporta bienestar. Pero no solo eso: nos permite despreocuparnos del teléfono.
Imagina la situación anterior: estás en el salón viendo una película y tienes el teléfono inteligente cargando en el dormitorio. Si no tuvieras un estupendo smartwatch, te levantarías rápidamente a ver cuál es la última notificación o llamada que acaba de llegarte, dejando de ver la película —quizás en el momento más emocionante— para comprobar que se trataba de algo que podías atender más tarde o incluso al día siguiente. El maravilloso reloj inteligente podría haberte hecho saber eso al instante. Hasta te permitiría contestar la llamada desde tu ubicación si fuera preciso.
Todo esto no tiene precio y por eso me resulta difícil entender a quienes aún se preguntan para qué sirve un smartwatch.
¿Hace falta comprar el mejor smartwatch para disfrutar de sus ventajas?
Como ocurre con tantas cosas, generalmente cuanto más caro es un producto mejores son sus prestaciones. Y aunque el precio de los relojes móviles no es especialmente asequible, si quieres comprar un smartwatch para tener esa inmediatez y comodidad no es necesario adquirir lo más costoso. Un smartwatch barato —que los hay actualmente— puede servirte perfectamente para mantenerte al tanto de las notificaciones principales que provengan de tus redes sociales, mensajes de texto, email o llamadas telefónicas.
Por suerte existen modelos a un precio módico que cumplen con las exigencias mínimas que debe tener un reloj inteligente, y a no ser que quieras comprar un smartwatch con unas características determinadas o un estilo precioso, un reloj inteligente económico puede servirte perfectamente.
Por ejemplo, el U Watch U8 es un smartwatch muy barato que a pesar de sus limitaciones cumple con lo principal. Por eso es un dispositivo que se ha vendido tanto. Si, en cambio, deseas comprar un smartwatch más llamativo y con un diseño muy cuidado, el Samsung Gear o el Motorola Moto 360 te satisfarán plenamente. La cuestión es que ahora mismo hay variedad donde elegir dependiendo de nuestras necesidades y nuestro bolsillo sin quedar defraudados. Tanto un modelo caro como uno barato te avisarán que tienes una llamada o un mensaje mientras ves tranquilamente la película en el salón de tu casa.
El smartwatch es el dispositivo que nos faltaba
Hablemos de tamaños, de desplazamientos y de cables
Somos la ley del mínimo esfuerzo. En realidad, como cualquier ser vivo. Todos tratamos de consumir la energía estrictamente imprescindible para obtener algo, solo que los seres humanos lo hemos hecho desarrollando la habilidad de transformar el entorno a nuestro antojo en una escalada de desarrollo de herramientas y sistemas que no cesa. Lo llamamos avance científico y tecnológico.
Desde que empezamos a ver el mundo a través de una pantalla —hace no tanto tiempo— parece que nuestro futuro va a seguir por el mismo camino: viendo una pantalla.
Probablemente fue el televisor el aparato electrónico que empezó a cambiar nuestros momentos de ocio y, por tanto, nuestras vidas. Una parte significativa de nuestros ratos libres estaba y está supeditada al horario de la programación y, no solo eso, sino a un espacio físico determinado. Porque la radio puede llevarse a cualquier parte pero una televisión está normalmente en el mismo lugar debido a su tamaño.
Y el siguiente avance con respecto a la comodidad fue un mando a distancia para cambiar los canales, es decir, un dispositivo pequeño e inalámbrico que nos daba esos segundos anhelados de inmediatez y la comodidad de evitar un desplazamiento por pequeño que fuera.
Después llegaron los ordenadores. Con otra pantalla a la que mirar, ubicada también en un lugar generalmente fijo, pero con la que se podía interactuar. Ya no éramos solo sujetos pasivos sino que teníamos el poder de dar órdenes y hacer cosas. Ahora nuestro tiempo empieza a dividirse entre dos pantallas ampliándose la acción también al terreno laboral.
Y todo sigue avanzando: junto al ordenador de sobremesa se sitúa el portátil, más pequeño y más ligero, con el que podemos seguir haciendo prácticamente lo mismo. Las tablets y los smartphones entran en escena hace pocos años y conviven con todo lo anterior, con pantallas aún más pequeñas y un peso muchísimo más ligero. Más movilidad, más interacción, más conectividad porque internet ya es algo generalizado.
Seguimos relacionándonos con las pantallas que han ido decreciendo en tamaño según los diferentes aparatos y, normalmente, disponemos de más de uno, así que la sincronización de datos y la interconexión se convierten en una necesidad. Cada uno de ellos tiene su función principal pero juntos conforman un ecosistema ocio-trabajo que cada vez se complica más.
¿Y ahora?
Actualmente, el smartphone es, quizás, el aparato más utilizado para una gran variedad de tareas y, precisamente por eso, el tamaño de las pantallas de los teléfonos inteligentes ha ido aumentando con la aceptación de la mayoría. Ya no son tan fáciles de manejar como los primeros: ocupan más espacio y muchos son difíciles de operar con una sola mano, sino imposible. Por eso aparece en escena el dispositivo definitivo hasta el momento: el smartwatch o reloj inteligente.
De la misma forma que el mando a distancia del televisor o de la cadena de música vino a darnos la inmediatez y comodidad que siempre queremos, el smartwatch llega para hacer lo propio con el teléfono inteligente pero con mucha mayor autonomía. Y lo hace llevando al extremo aquello que deseamos, con un tamaño pequeño en formato reloj de pulsera que puede llevarse siempre con nosotros, una pantalla adecuada para ver la información necesaria, y la capacidad de interconexión inalámbrica que nos da libertad de movimiento. El smartwatch es, sin lugar a dudas, el dispositivo que estábamos esperando.
Si aún no lo has descubierto, ya estás tardando.
Imagen reloj en la mano de stokpic.com